El primer ensayo arranca citando a Novalis: «Vivimos, en lo pequeño y en lo grande, en medio de una colosal novela». La cita sirve al autor, Jean-Christophe Bailly, para desarrollar un texto que gira en torno a la idea de que cada posible acto, cada indicio, cada memoria, cada imagen y cada respuesta a esa imagen se construye con equivalentes dosis de real y ficción (microsinopsis para un texto mucho más rico que eso).
Me gustaría extenderme en este tema pero hoy mismo no puedo. Por ahora, entonces, quiero transcribir este párrafo, al que he vuelto y he vuelto de nuevo, desde la pura emoción que me provoca. En Remonter, Refendre, Restituer, Georges Didi-Huberman se pregunta cómo abrir los ojos, cómo recoger una imagen. Y sugiere una doble hipótesis: Desarmar los ojos-rearmar los ojos... Páginas más tarde habla de Farocki. Escribe un párrafo extremadamente bello y además bien cierto. Pienso en los que nos ganamos el pan con el oficio de ver, en mis amigos cineastas y creadores de imágenes y hasta pienso en mí y en la pequeña y colosal novela que habito. No se trata de dar una receta, pero me aventuro a sugerir que sí, en efecto, es de esto de lo que se trata:
« Élever sa vision des images à l'hauteur d'une pensée. Élever sa pensée à l'hauteur d'une colère (pourfendre). Revenir par la colère à une certaine pensée des images (...). Élever, enfin, sa colère à l'hauteur d'une patience, d'une connaissance modeste et méthodique, prenant la forme d'un essai toujours recommencé (réapprendre). Mais comment élever sa colère à l'hauteur d'une patience ? Et comment réapprendre sans décolérer face à la violence du monde ? »
2 comentarios:
Me acuerdo de una de las perlas del Quique. "Cuando termines una peli, olvídate de la peli" Siempre pienso que esa es la clave. Que todo siempre esté empezando.
Me gusta la idea de empezar con ira, y de la ira al pensamiento.
Bacán.
Quizás como un método eficaz para poder seguir creando olvidarte sea la opción saludable. Si haces ficción especialmente. En el caso del documental lo siento más complicado, no? En cualquier caso, sea el olvido consciente o no, algo que me encanta es encontrarme en una película con algo que el cineasta cosecha y que sembró en la anterior. Me pasó ahora en el Flaherty con la nueva película de Andrés Duque donde él cosechaba tantas cosas que había sembrado en Color perro que huye. Claro que ya me estoy yendo del tema. Algún rato te voy a pasar estos ensayos que están increíbles!
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