Concha Buika

Esta hermosa mujer se presenta el domingo en el Teatro Sucre. Me encantaría ir con mi mamá y con mi querida Noelia. Creo que las tres sucumbimos con su voz.
La primera vez que oí hablar de Buika fue en un artículo sobre la última película de Almodóvar. Creo que ella iba a tener un papel pequeño. Me intrigó y la busqué en Google y descubrí que tenía una historia apasionante. Compré su CD y así empezó...

Entre otros ritmos, Buika canta flamenco y si uno cierra los ojos es como oír a una gitana, una gitana que también canta soul y adora a Chavela Vargas. Pero tiene la sangre africana. Nació en Palma de Mallorca, hija de padres inmigrantes de Guinea Ecuatorial. Es fácil suponer que no eran una familia rica, la única familia negra en aquella comunidad gitana. Y supongo que de pequeñita ella jugaba con los niños gitanos y le daba con ellos al cante. Su historia me emocionó mucho. La descubrí en las épocas cuando la adopción parecía que se concretaba y yo necesitaba una evidencia para sostener algo que aquí los trabajadores sociales nunca lograron comprender: que esa voz gitana no venía en los genes pero era más fuerte que todo ADN posible.  

Me gusta este artículo de El País. Me gusta cuando ella dice "A mi mamá la educaron mucho. La enseñaron a solemnizar el dolor, que es algo que nos negamos a hacer. El desamor es otra faceta del amor que necesita un poco de publicidad a favor. Necesitamos más ayuda que en el amor porque el amor es una fuerza que a veces hasta te cuesta frenar. El desamor hay que empujarlo si se quiere salir de él". Cuando estoy dolida intento también solemnizar mi dolor. Y la mayoría de veces la música es aquella que me ayuda.

En fin, ojalá alguno de ustedes pueda ir por mí. Aunque el repertorio va a incluir más bien las canciones del disco El último trago, esta canción que pongo acá (No habrá nadie en el mundo) es de Niña de fuego, el álbum con el que yo la conocí.

Hoy es noche de eclipse lunar.