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jueves, diciembre 17, 2020

#HappyBirthdayLudwig

No se sabe a ciencia cierta el día en que nació Beethoven. Lo qué sí está registrado es que un día como hoy fue bautizado en la iglesia de San Remigio, en Bonn, donde vivo ahora. 

Mi historia con Beethoven se remonta a mucho tiempo atrás, quizás antes de que yo tuviera conciencia de la existencia de un país llamado Alemania.

Mi padre ha sido siempre un fanático de la música clásica y algunos de los primeros recuerdos que tengo son de él, bastante joven (con al menos diez años menos de los que hoy tengo yo) poniendo a todo volumen sus discos de la Nonesuch o la Deutsche Grammophon, con una especial devoción por la música de Beethoven, el maestro de los maestros como siempre lo llamó. El tocadiscos, todas las agujas que rompí y el sonido de una casa cubierta de sinfonías y conciertos son parte fundamental de mi memoria afectiva.

A menudo Joaquim me pregunta cuándo llegará el día en que podrá salir solo e incluso vivir por su cuenta. Pienso en lo difícil que debe ser dejar a los hijos partir y que solo el amor más grande y la confianza en ellos puede lograr que, a pesar de quererlos cerca, uno acepte que libres descubriendo el mundo y descubriéndose a sí mismos pueden estar mejor. Y fue así que mi papá alimentó mis sueños y fortaleció mis alas desde que yo era pequeña.

A los 16 años salí por primera vez de casa y pasé una temporada, coincidencialmente, aquí en Bonn, con una persona a la que hasta el día de hoy considero mi hermana. Una noche fuimos juntas a la filarmónica de Colonia a escuchar el concierto número cinco de Beethoven: el Emperador. No hay para mí un sonido más hermoso que el paso entre el segundo y el tercer movimiento, luego de que soplan los vientos y el piano se anuncia tímido, hasta que entra impetuoso casi un minuto más tarde logrando que todos los nudos de la existencia se desaten y la belleza llegue a un punto tan nítido en el que todo aquello que parecía roto pueda repararse ante tal lirismo y vigor.  

Este año se celebran los 250 años del nacimiento de Beethoven y casi parecía un sueño vivirlo en su ciudad natal, donde se había planeado un año entero de festejos, con música todos los días en todas las esquinas y un enorme repertorio para rendir tributo al más grande de los clásicos. Desde los más aclamados regentes y solistas, hasta músicos jóvenes y niños en formación estaban invitados y yo esperaba entusiasmada muchos momentos de éxtasis y de lágrimas que no me salen fácilmente pero que me inundan y me lavan cuando vienen con música y el recuerdo de mi papá. Anhelaba una visita suya y que juntos escuchásemos tanta música, pero ya sabemos todos que este año traicionó nuestros deseos. Mi papá y yo apenas hemos podido vernos y oírnos a través del teléfono. Lo hemos hecho con angustia, con tedio, con incertidumbre, pero también con ímpetu, llenos de amor y de sueños porque esa ha sido siempre la marca de nuestra relación. 

Beethoven merecía una celebración mejor que un día de lluvia, en una ciudad vacía donde apenas pasean pocos rostros enmascarados y tristes. Pero a pesar de todo la música vive adentro y como el otro día me dijo mi amiga Ilana, sobrevivir a este año fuertes y juntos ya es lucro, de modo que, con gratitud eterna, feliz día maestro y feliz día papá.


lunes, junio 01, 2015

¡Eureka: esto no es un rockumental!




"Un Big Bang avasallador": así define Nick Cave el día en que vio por primera vez a su esposa, Susie Bick, entrar con su figura etérea al museo Victoria and Albert y todas las mujeres de su imaginario —desde Anita Ekberg en la Fontana de Trevi hasta las bailarinas del Bolshoi— explosionaron en su mente. 
Todos hemos tenido un Big Bang en nuestras vidas. Los míos, tantas veces, los he digerido escuchando a Nick Cave. Hay algo en su voz, sus letras y melodías que siento como si fuera muy mío, algo que me libera, como si mi casa, al igual que la de Jubilee Street, también estuviera vacía, con las cortinas cerradas y sin muebles y yo vibrando, transformándome. Debe ser por eso, un fanatismo un poco irracional, que esperé esta película con muchísima expectativa. 
Lo primero que debo agradecer es que 20,000 días en la Tierra no sea un rockumental que narre en retrospectiva la carrera de uno de los más interesantes exponentes de la música contemporánea, el genial Nick Cave, fundador de The Birthday Party, The Bad Seeds y Grinderman. El camino es mucho más interesante y se podría definir como un experimento colectivo entre tres artistas multidisciplinares, los cineastas Iain Forsyth y Jane Pollard, y el protagonista, quienes imaginan juntos el día 20,000 de Cave en el mundo. 
La trayectoria de los realizadores ingleses parte de una formación artística enfocada en el performance y el videoarte con énfasis en la experimentación sonora. De allí que el filme tenga un tratamiento auditivo elaborado y rigoroso y que, visualmente, sea un delicioso juego onírico donde se encuentran realidad y puesta en escena.
El hilo conductor de la historia es el proceso de grabación de 'Push the Sky Away', un álbum con una estructura narrativa que progresa a través de temas que hablan de desolación, cultura popular, internet y hasta del bosón de Higgs; nueve canciones que se interconectan con los loops del genial Warren Ellis, uno de los músicos y compositores más eclécticos y fabulosos que conozco y el alma gemela de Cave en su proceso creativo, justamente el tema central de esta película expresado a través de las dudas, fantasmas, obsesiones y manías que se derivan de todo recorrido artístico.

*Publicado en EL OTRO CINE

domingo, mayo 10, 2015

Midnight Man


 

Hold that chrysalis in your palm, see it split and change
It won't do you any harm, it's just trying to rearrange
It was born to live a day, now it flies up from your hand
It's beautiful, it's the one they call your ever-loving man

Wolves have carried your babies away, oh your kids drip from their teeth
The nights are long and the day is bitter cold beyond belief
You spread yourself like a penitent upon the mad vibrating sand
And through your teeth arrange to meet your midnight man

Everybody's coming round to my place
Everybody's coming round to my place
Everybody's coming round, oh baby, don't you see
Everybody wanna be your midnight man

Don't disturb me as I sleep, treat me gently when I wake
Don't disturb me when I sleep even though your body aches
Even though your body aches to serve at his command
Between the wars she still adores her ever-loving man

Close your eyes, sleep in him, dream of your lost sons and daughters
Me, I'll raise up the dorsal fin, and glide up and down the waters
I'll glide up and down the waters, then I'll walk upon the land
And call them out, the ones who doubt your midnight man

Everybody's coming round to my place
Everybody's coming round to my place
Everybody's coming round, oh baby, don't you see
Everybody wants to be your midnight man

It's early in the morning and I don't know what to do
It's early in the morning and I can't believe it's true
It's early in the morning and it's happening again
I called you once, I called you twice, ain't I your midnight man?

Everybody's coming round to my place
Everybody's coming round to my place
Everybody's coming round, oh baby, don't you see
Everybody wants to be your midnight man

Everybody's coming round
Everybody's coming round
Everybody's coming round
To be your midnight man
To be your midnight man


Midnight Man
Nick Cave and the Bad Seeds


martes, diciembre 10, 2013

Yo amo a Denis Lavant

Beau Travail (Claire Denis, 1999) from Charulata on Vimeo.

Volví a ver Beau Travail recientemente. En el cine, sola, durante la retrospectiva que había planeado para La Orquídea. Al salir del cine volvió la felicidad que aquella tarde parecía perdida. Caminé a mi casa improvisada, a orillas del río. Era de noche. Al poco rato Daniel llegó con cigarrillos y unas cervezas. Yo le esperaba fundida, con los pies en una tina de agua caliente y espuma de jabón con olor a toronja, recuperando mis pies molidos en gesto de solidaridad con Denis Lavant. Amo las escenas de baile de Claire Denis.

miércoles, septiembre 04, 2013

Tarde en Guayaquil

Un amigo con el que las fiestas generalmente terminan cantando me ha pedido que le comparta canciones ecuatorianas para que se las aprenda y así la próxima pueda cantar yo también.
A diferencia de los brasileños que se pasan oyendo música de su país, la gente de mi generación creció bastante lejos de pasillos y albazos. En mi casa se oía todos los días, y a todo volumen, música clásica del tocadiscos de papá. A veces rock. Obviamente los Beatles, también Fleetwood Mac y Janis Joplin, que le encantaba a mi papi (mi mamá en cambio la odiaba y le pedía, por favor, que baje el volumen en Cry Baby porque le atacaba los nervios). Qué gigante canción que es Cry Baby, by the way...
Los pasillos eran más infrecuentes. La música nacional sonaba en mi casa, pero más raramente. Música para las borracheras, pero mis padres siempre fueron abstemios, para los paseos a la hacienda del tío, para días de nostalgia. 
En fin, imposible ser ecuatoriano y no saber Nuestro Juramento. Así que para hacer la selección para la próxima tocada, me he quedado oyendo a Julio Jaramillo esta tarde. Qué música linda. Se siente como caminar en Guayaquil. Me han entrado ganas de un caldo de gallina, de un calor húmedo con cielo embotellado y sin sol. Me han entrado ganas de caminar sola por la Nueve de Octubre. Me han entrado ganas de muchas cosas. Ganas de volver.

Mi favorita: El aguacate


La ecuatoriana por excelencia: Nuestro juramento


Sombras. Quizás sea la más bonita.


Fatalidad signo cruel...


La muy aclamada Guitarra vieja de Doña Carlota


Y aunque sé que es de otra patria, qué maravilla 
cantar la canción más bella del mundo también!





viernes, julio 19, 2013

Bonzo, María y Wide Lovely Eyes


Mi gato adorado no para de llorar. No come, no toma agua. No hay forma de que le pueda agradar. Tiene una melancolía contenida que sólo desfoga con una mezcla de lloro y maullido que empieza a agobiarme más y más. Se sube a la cama, se acerca lentamente, mueve las patas como si quisiera enterrar algo y comienza a sacar las uñas. Me muerde las manos y los brazos fuertemente. Siento que eso le alivia entonces dejo que me clave los dientes prácticamente en las venas, porque las manos, claro, no son el lugar más carnoso del cuerpo. Duele. Luego empieza a confundirme con una gata en celo. Me perturba mucho ese gesto tan instintivo suyo. Al fin de cuentas, para el efecto de lo que hago para él en su vida diaria, soy el equivalente a su mamá... No lo puedo manejar. Siento una mezcla de incomodidad con ansiedad y asco pero al mismo tiempo, y especialmente, una inmensa ternura por mi gatito púber que no para de gritar de deseo, que tiene erecciones todas las tardes y que no come aunque me siente con él largos minutos frente a su plato, le acaricie, le sirva todas las mezclas de raciones y patés para gatos que uno se pueda imaginar. Y entonces tal vez sea justificable decir que estoy triste.

En esos momentos confusos a veces sólo atino a abrazarle duro para acalmar su instinto felino. Antes, en los días en que aún era un bebé dormilón, le cantaba la canción del señor Don Gato, pero me he dado cuenta que para él lo mismo da, así que no tengo que esforzarme en cantar canciones de gatos para gatos. Así que hoy ha sido un poco de Led Zeppelin pero luego, al verle de cerca, pensé que a él le cabría mejor Wide Lovely Eyes. Y entonces me puse a leer bien la letra de esta canción que oigo casi a diario (yo soy monotemática, quienes me conocen lo saben, y estoy en la fase Push the Sky Away otra vez más). De hecho el otro día pensaba que tendría que escribir un post solamente con citas chiquitas de canciones de Nick Cave. Nick es el poeta más grande de la música contemporánea y ya mismo les voy a demostrar. Pero en fin... Hoy no voy a hacer los quotes de su discografía. Empecé a escribir este texto sólo con el fin de copiar la letra de Wide Lovely Eyes. Así, separada de su melodía que es hermosa también, mi teoría se puede confirmar.


You wave at the sky with wild lovely eyes
Waves and waves of love goodbye
And through the garden with your secret key
Down the tunnel that leads to the sea

Step on the beach beneath the iron sky
You wave and wave with your wild lovely eyes
Crystal waves and waves of love
You wave and say goodbye
Your dress size with your wild lovely strides
And all along the street and lately the stories abound
They've dismantled the fun fair and they've shut down the rides
And they've hung the mermaids from the streetlights by their hair
And with wild lovely eyes you wave at the sky
And me at the high window watching the ride
The waves of blue and the waves of love
You wave and say goodbye
The night expands, I am expanding
I watch your hands like butterflies bending
All among the myths and the legends we create
And all the laughing stories we tell our friends
Close the windows, clear up the mess
It's getting late, it's darker and closer to the end
Through the tunnel and down to the sea
And on that pebble beach, your laces you untie
And arrange your shoes side by side
You wave and wave with your wide lovely eyes
Distant waves and waves of distant love
You wave and say goodbye


lunes, julio 01, 2013

En mood Division Bell

a) Poles Apart


b) Lost for Words



c) High Hopes




Melancolía pasajera, tipo síndrome premenstrual...

miércoles, junio 26, 2013

De los días

I.

Otra vez estoy oyendo a Asmahan. Seguro tiene que ver con el hecho de que, desde hace algunos días, estoy escribiendo un artículo para los proceedings, o sea las actas, de la conferencia de la Universidad Andina en la que participé con una breve ponencia sobre Once I Entered a Garden (la última película de uno de mis cineastas favoritos, the one and only Avi Mograbi). Ya lo compartiré en su totalidad, dejo por ahora el abstract.

SUMARIODesde el humor político de sus primeros documentales, el horror retratado en Venganza por sólo uno de mis ojos hasta la aséptica y singular Z32, Avi Mograbi ha mantenido una coherencia temática a lo largo de su filmografía al exponer, desde su audaz perspectiva, las dolorosas aristas del conflicto palestino-israelí. En Una vez entré en un jardín, el cineasta israelí reflexiona sobre el desarraigo y profundiza nuevamente en las heridas no suturadas del conflicto, aunque con un tono suave y melancólico que se distancia de sus filmes anteriores. Esta artículo hace un breve recorrido por la obra de Mograbi con énfasis en su última película.



Una cosa lleva a la otra y me es imposible acercarme a esa película sin recordar los días que viví en Israel y lo que ellos significaron: lo íntimo y lo mío explotando, multiplicándose bajo ese sol que parecía quemar incluso a las sombras, conviviendo de lado con la más cruenta ocupación, con aquello que debería urgirle a todo el mundo todo porque no hay cosa más cruel que ese éxodo forzoso que empezó en el 48.  

En su película, Mograbi intercala la narración principal con unas cartas narradas por una mujer misteriosa, de la que tenemos pocas referencias, o casi ninguna. Esas cartas me estremecen. Esta, de la que copio un fragmento, un poco más:


Elie, querido. Mi querido,
Ha pasado casi un mes desde que te fuiste. Parece que te hubieras ido para siempre esta vez. En los primeros días después de tu partida entré en un estado extraño. Mi corazón estaba latiendo mecánicamente, para bombear sangre, pero no estaba viva. Tomé prestado el carro de Sophie varias veces, conduje al aeropuerto, estacioné y caminé; caminé analizando a los pasajeros, aquellos que se iban y los que venían, buscándote a ti. Parece que te fuiste para siempre...


Coincide mi viaje a Ecuador, mi implicación con la charla, el festival, la reflexión sobre el tema del documental de Mograbi, con el reciente lanzamiento de Océanos de arena, la nueva novela de Santiago Gamboa, que más que una novela es en realidad una colección de relatos sobre sus viajes por Líbano, Siria, Israel y Jordania. Mi mamá me espera con ella, sabe que Santiago es mi Avi de la literatura, así que no hay mejor regalo para recibirme. Me identifico con muchas de las cosas que él cuenta, muchas las viví exactamente igual. Despierta también mi deseo de volver a Jerusalén, de conocer la tierra de mis ancestros libaneses, de caminar otra vez por ruinas y suelos secos de arena rojiza. Siento que todo es familiar: desde su experiencia en los checkpoints, su viaje a Petra con Analía o su baño en un hamman (sin olvidar los jugos de granada, los camellos decapitados en el mercado de Hebrón...). Me engancha la dosis de historia e investigación que acompaña al libro, pero la narración se me queda un poco corta en sentimiento. Tal vez sea la diferencia entre vivir en un lugar o solamente pasar por él y por primera vez siento, lo digo con humildad, que el espacio del texto me pertenece bastante más que al narrador. 


Petra, Jordania, hace ya
bastantes años
Fue un día especial. Elecciones de la
Autoridad Palestina en Jerusalén Este

El último domingo antes de volver a Rio, vamos a la librería en busca de novedades. Siempre voy a la G en Narrativa Latinoamericana y a la O en Internacional. Uno nunca sabe las sorpresas que le puede deparar un estante. 
Me encuentro con La colina del mal consejo, tres relatos de Amos Oz escritos en 1974 pero que sólo recientemente habían sido traducidos al español por Raquel García Lozano y por lo tanto no los había leído (ella no sabe de mi gratitud pero si no fuera por sus magníficas traducciones yo no habría podido acceder a los textos más importantes de mi vida. Si algún día voy a Madrid le llevaré unas flores y se lo haré saber). Lamento que la edición sea De Bolsillo y no la de Siruela (esa sería ya la alegría completa) pero compro el libro feliz. Hay narraciones que me atrapan, me interesan, me seducen, me invitan a una aventura... pero pocas son las que me arropan así, que me invitan a un descanso desnudo y verdadero. En fin, salvo To Know a Woman, que la leí en inglés –y sí, de Lange es también un fabuloso traductor, un erudito más bien– tal vez la verdad sea que prefiero encontrarme con mi escritor favorito en mi idioma favorito. Si Jana o Fania hablan en español, aunque sea desde Rehavia, también pueda que sea yo...  

Y así ocurre un placer que no ocurre a menudo, conecto dos libros de mis escritores preferidos sin habérmelo esperado: Gamboa en diálogo con Oz. 


II.

Hablando de libros. L'écume des jours de Boris Vian es ahora una película de Michel Gondry. Casi quisimos morir por aquí... Una de las novelas cortas más hermosas que existen, honestamente creo que habría debido quedarse así. Ayer, antes del pre-estreno de Blancanieves (bella película seguida por un corto pero bonito Q&A con el director Pablo Berger que estaba en Rio) finalmente vimos el trailer en pantalla grande y ahora sí definitivamente creo que me decepcioné...



Esta primavera, en París, despertó mi curiosidad al ver la ciudad llena de afiches con la cara de Audrey Tatou y Romain Duris. Audrey est Chloé... Romain est Colin. Michel, querido, ¿leíste el libro? Una de las más hermosas novelas sobre la juventud y el paso a la adultez tiene un casting que bien podría hablar de la crisis de los cuarenta... Aunque se empeñe en hablar con la vocecita de Amélie, ¡Audrey Tatou es más vieja que yo!

Voilá... L'insaisissable!






No soy fan del hipsterismo avant-garde dreameresco de Gondry pero sí he disfrutado algunas de sus películas. Esta creo que ni la voy a ver. Ya me parezco a algunos críticos ecuatorianos que destrozan una película porque se han visto el trailer. ¿Aycart se llamaba?... Lo siento, por mejor quedarse con los libros y el video de Around the World.



jueves, junio 20, 2013

miércoles, junio 05, 2013

Tan lejos tan cerca / El festival más bello del mundo

Decía Rafael Barriga en su programa de radio Tan lejos tan cerca que los EDOC son el festival más bello del mundo. Y no voy a ser yo quien le contradiga... 
El programa de Rafael es un programa temático que recoge una reflexión a veces personal, a veces más informativa, siempre bien escrita y bien contada, sobre un tema que él decide abordar desde la música y las palabras.
El 9 de mayo Rafael decidió hablar de los EDOC y ahí estuve yo, en la Radio Municipal, para hablar con él de este festival bello y jodido, suerte de Ángel exterminador de mi vida, donde trabajo desde hace ya casi diez años.
Aquí pueden oír el programa y leer el texto tan bonito que Rafael escribió (en realidad me sacó algunas lágrimas cuando lo leí). Sigan navegando y oyendo muchos otros programas. Hay uno diario. 

miércoles, mayo 01, 2013

¡La encontré!



اسمهان - دخلت مره في جنينة 
Asmahan / Dakhalt Marra Fi Ginena (Una vez entré en un jardín)

martes, abril 23, 2013

La canción más apropiada del momento


Can't remember anything at all 
Flame trees line the streets 
Can't remember anything at all 
But I'm driving my car down to Geneva...

miércoles, abril 03, 2013

El día en que me convertí en una máquina de escribir

En casa, función de prueba de Maranhão 66
Productora, programadora, secretaria, redactora. El 2 de abril queda en mis registros como el día en que más emails respondí en mi vida profesional. Preparar este festival está resultando un deporte de alto riesgo. En el equipo deberían jugar 11 pero jugamos 5. Así que soy defensa, media, arquero y puntera derecha, claro, la que hace los pases-gol! Me duelen los dedos, me arden los ojos, pero estoy embalada y feliz. Me emociona cada mail que llega desde Polonia, desde España, desde por aquí, cada filme de Lozinski, cada acuerdo filmado, cada fee que, como magia, logro desvanecer... Este es el soundtrack con el que escribo los materiales que algún día subiré por aquí.







On Jubilee street there was a girl named Bee
She had a history, but no past
When they shut her down the Russians moved in
Now I am to scared to even walk on past

She used to say:
All those good people down on Jubilee Street
They ought to practice what they preach
Here they are to practice what they preach
Those good people on Jubilee Street
And here I come up the hill
I’m pushing my own wheel of love
I got love in my tummy and a tiny little pain
And a ten ton catastrophe on a 60 pound chain
And I’m pushing my wheel of love on Jubilee Streets
I look at them now

The problem was she had a little black book
And my name was written on every page
Well a girl’s gotta make ends meet
Even down Jubilee Street
I was out of place and time, and over the hill, and out of my mind
On Jubilee Street
I ought to ṗractice what I preach
These days I go downtown in my tie and tails
I got a foetus on the leash

I am alone now, I am beyond recriminations
Curtains are shut, the furniture is gone
I’m transforming, I’m vibrating, I’m glowing
I’m flying, look at me
I’m flying, look at me now

Nick Cave And The Bad Seeds / Jubilee Street

jueves, marzo 28, 2013

La canción de los ojos grandes

Este álbum está llenando de poesía mi regreso a casa. Si alguien me pregunta quién es la pareja perfecta, Nick y Warren, mi respuesta. 
















Mi nueva canción favorita:





Les recomiendo la versión con libro y DVD, la que tengo yo. Es versión limitada así que cómprenla pronto...

jueves, febrero 21, 2013

impervious to anything fungal...


Shuffleaba el iTunes. María escribía el artículo de la quincena. ¡Oh! My own sunrise. Hold on Hold on... (Pera aí, Pera aí...) Lo único que me queda de un amor universitario que no dejó ni la más mínima mella. La canción prevalece, la letra hermosísima de amor naïf en un bosque tropical (pienso en uno de mis pintores favoritos, el incomprendido Henri Rousseau), la voz gruesa del cantante que no oí muchas veces más. Dawn would come...