Desde niño, Archibaldo de la Cruz ensaya sus crímenes.
Ya adulto, se confiesa culpable de la muerte de varias mujeres, pero su imaginación no tiene el poder de convertirlo en asesino
martes, julio 05, 2011
Marsella
aceite de oliva y jabón de marsella
de repente una plaza
la misma luna, como una cuna
en el puerto la luna cuelga del cielo como una marioneta
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