viernes, agosto 12, 2005

Un divorcio doloroso



JERUSALEN.- Faltan tres días para la retirada de los colonos judíos de Gaza y es por su oposición a esta evacuación que Binyamin ‘Bibi’ Netanyahu ha dimitido de su cargo de Ministro de Finanzas del Gobierno israelí, llamando la atención de la opinión pública que no para de hablar de él.
El viernes de la semana pasada el periódico The Jerusalem Post publicaba una extensa entrevista al hasta ese entonces Secretario de Estado, impulsor de la economía neoliberal en Israel y el Primer Ministro más joven que ha tenido este estado. “¿Por qué Bibi está todavía en el Gobierno?”, rezaba el titular, pues claro, hasta ese momento Bibi era presa de críticas a diestra y siniestra. La derecha, opuesta al plan de de desconexión, no entendía por qué a pesar de su posición contraria a la evacuación seguía en el gabinete de Sharon y por la otra parte el gobierno, que se mostraba visiblemente molesto porque Netanyahu estaba impulsando la oposición puertas adentro, sin contar los reclamos del Parlamento (Knesset) y de varios sectores de la prensa, que lo acusaban de sabotaje contra el plan de evacuación.
Por lo menos ahora la primera parte esta contenta, pues como publica el diario Haaretz, según una encuesta realizada Netanyahu obtendría el 47% de los votos en comparación con el 33,2% que irían para Sharon si se celebraran comicios en el quebrantado Likud (la derecha nacionalista laica). De ser así, podría ser el próximo candidato a primer ministro en las elecciones de 2006.
Si bien es cierto no todas las afirmaciones de Netanyahu en cuanto a una posible escalada de terror posterior al desalojo son descabelladas, fastidia la lógica de película de Oeste (con vaqueros buenos e indios malos) de la mayoría de sus respuestas. Bibi no le otorga ni el más mínimo beneficio de la duda a su contraparte palestina, deja ver que para él, bajo las condiciones actuales, un Estado Palestino no sería más que un islote de terrorismo en el medio de Israel y sostiene, entre otras cosas, que “la retirada está teniendo lugar bajo presión terrorista. Sea o no que el terrorismo haya llevado a la decisión del desalojo, el hecho es que los palestinos creen que el terrorismo es lo que ha hecho que decidamos retirarnos. Los líderes de Hamas y la Jihad Islámica han dicho claramente que desde su perspectiva esto es una derrota y no una opción”.
En todo caso, y pesar del ex-ministro, el 15 de agosto arranca la primera fase del plan de desconexión que en su totalidad prevé el desmantelamiento de los 21 asentamientos judíos de Gaza y de otros cuatro al norte de Cisjordania.
Mientras tanto, en Jerusalén, basta sentarse en un café o caminar por cualquier calle medianamente transitada, para comprobar que la moda naranja delata las consciencias de su gente, un pueblo conservador, al final de cuentas. Es que naranja (como la fruta nacional israelí) es el color de la bandera de lucha de los colonos y de los miles de simpatizantes que han colgado anchas cintas anaranjadas en sus automóviles, en sus casas y en sus bolsos. Por su parte, el número de cintas azules que se ve en la ciudad (el color de respaldo al Gobierno y al plan de desconexión) es notablemente inferior.
El otro día, al salir de casa, se cruzó por nuestro camino un joven de unos 15 años, con el pelo enredado, visiblemente agotado, cargando una mochila que le quedaba muy grande y con una mezcla de cintas azules y naranjas colgando de su indumentaria. Y aunque luego sentí que fue algo cruel, a su momento no pude evitar reírme.
¿Una contradicción ambulante? ¿el rostro de la tolerancia? o simplemente uno más de tantos jóvenes israelíes que se debate entre la ideología del servicio militar, el discurso de las raíces, el legado bíblico de la tierra prometida, la apatía, todos los asuntos que atañen a su edad y por supuesto la moda, que nunca incomoda. Es que, cabe recalcar, en esta ola de protestas y manifestaciones de apoyo a los colonos, los niños y adolescentes se han tomado el asunto muy en serio, y aunque es importante que las nuevas generaciones militen por sus ideas, también resulta escalofriante constatar que una gran proporción de la infancia y adolescencia, tanto palestina como hebrea, crece bajo un constante lavado cerebral que niega una propia interpretación de los hechos y exacerba el extremismo ideológico y religioso.
En fin, todavía es muy pronto para saber si Bibi estaba en lo cierto, pero como anotó el célebre escritor e intelectual israelí Amos Oz en el diario español El País hace ya varios años, “no esperemos una luna de miel repentina entre enemigos a muerte. Esperemos y alentemos un divorcio doloroso y el reparto del pequeño hogar en dos apartamentos todavía más pequeños. Ha llegado la hora.”



* Una versión reducida de este artículo fue publicada en la sección de opinión de Diario HOY, el 13 de agosto de 2005

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que fantástica opinión. Nos hacían falta tus escritos para sentirte cerca. Buena suerte con el blog y no dejes de actualizarlo

un abrazo

isa, julian coco

Anónimo dijo...

Es la segunda vez que leo algo tuyo y una vez mas quedé con la sensación de que debo seguir leyendo tus articulos. No dejes de actualizar el blog. Por favor!!! y avisame cada vez que haya algo nuevo.
Mil Besos
Janisa (Chile)