miércoles, agosto 20, 2008

En el baño del Tyneside Cinema


El domingo, Misha, Dirk y yo fuimos a Newcastle a ver Persepolis en el Tyneside Cinema.
La presentaban en un ciclo dedicado a filmes realizados sobre la base de novelas gráficas, que incluía también a una de mis películas favoritas, Ghost World.
Persepolis me pareció una película maravillosa y me alegró no haber sucumbido a la tentación de verla en DVD y haber esperado para verla en el cine. No fue solo una película divertida, bonita e inteligente como otras cintas de animación con las que he disfrutado mucho (Ratatouille, Finding Nemo, Shrek) sino una película poderosísima por su contenido y su forma, con un gran valor documental y una voz muy propia.
Más que comentar de la película, en estos pocos minutos que me alejo de otras tareas para venir a mi blog, lo que quiero es recordar un momentito en el baño del cine, cuando la película ya había terminado. Esos segundos me tocaron mucho y tal vez al hablar sobre ellos pueda deshacerme de una emoción contenida.
Me lavaba las manos. Alcé la mirada y en el espejo me encontré de frente con unos ojos llorosos. Me tomaron por sorpresa. Los miré por fracciones de segundo y esquivé mi mirada al lavabo, para no ser indiscreta, para dejarle a esa mujer que viva su tristeza. En realidad quise hablarle, pero no supe ni qué ni cómo decirle algo que no trivializara el momento que ella vivía.
La mujer agachó su cara al lavabo, tomo agua del grifo y se frotó los ojos. Tenía unos 40 años, la piel morena y los ojos negros y profundos. Sus lágrimas no eran esas que uno derrama cuando una ficción nos conmueve. Ella lloraba como un chileno llora luego de ver
La Batalla de Chile, afrontando un duelo personal a través de una película.
Esa mujer era tal vez una Marjane Satrapi que no se convirtió en artista ni se exilió en París, pero que se trajo desde Teheran hasta el Nordeste inglés una historia parecida y asimismo dolorosa.
Por eso cualquier cosa que yo le hubiera dicho habría sido imprudente y por eso Persepolis se convirtió para mi, a raíz de ese momento, en mucho más que una fabulosa película de animación, un documental dibujado o una ficción autobiográfica.
No se me han borrado sus ojos y aún tengo el corazón un poco acongojado.


1 comentario:

Arturo Moscoso Moreno dijo...

Tati querida:

Me encanto tu blog, excelentes artículos (los que pude leer porque el cirílico no es mi fuerte). Así que Persopolis es mejor en el cine?, tengo el DVD, pero creo que voy a hacerte caso y voy a esperar el estreno, aunque ojalá llegue al Ecuador. Me muero de ganas de verla, y depués de leer tu artículo aún más.

En mi blog http://latrincheradigital.blogspot.com/, en mi lista de blogs favoritos, tengo una sección de cine, que es a la que te voy a enlazar, aunque no es de lo único que hablas, creo que es tu fuerte. Está bien?

Un besote primita y todo mi cariño.

Arturo