Lunes. A las 9 am nace Emilia. A Emilia no la hemos esperado nueve meses. A Emilia la esperamos desde hace años. El lunes creo que si ella está aquí es porque la vida es buena y, a pesar de que llueve, tengo el sol dentro de mí.
Martes. Pasadas las dos de la tarde entran a robar a la casa del Manuco. De la manera más infame dos disparos terminan con su vida.
El miércoles, a eso del medio día, la Valen me llama por teléfono. "Tengo que darte una muy mala noticia", me dice. La tristeza de su voz me paraliza. No me da tiempo de prepararme. "Le mataron al Manuco".
¡Maldita sea! Por robar su casa... Ciudad de mierda, país de mierda, violencia de mierda. ¡Ya basta! Mucha ira, pero a fin de cuentas es más fuerte el dolor.
Miércoles de miércoles. A la muerte de un amigo le acompañan otras dos noticias difíciles que luego se solucionan ya puestas en perspectiva. Es que las cosas malas vienen siempre juntas y de golpe. El clima empeora de nuevo. No puedo evitar pensar en la fragilidad de la vida, del amor, del futuro. Pero si sólo ayer estaba tan feliz. What Is and What Should Never Be...
Suena el timbre. Una mujer mayor y un joven asiático esperan detrás de la puerta. Es muy tarde para fingir que no estoy en casa cuando me doy cuenta que si vienen de a dos es porque traen un mensaje divino. Coincidencia burlona. God cares about you, alcanzo a leer en el folleto que vienen a dejarme. Solo atino a esbozar una sonrisa resignada que no expresa en lo más mínimo lo que opino en ese momento: "Gracias, pero no lo voy a leer, sería un desperdicio de papel", les digo. Y con la misma calma que vienen, se van.
Me gustaría pensar, como en la canción de Neubauten, que hay un lugar a la vuelta de la esquina donde viven los amigos que han muerto, que los Testigos de Jehová tenían razón, que esta semana tuvo dos lunes y que el martes nunca existió. Quisiera pensar también que los abrazos no fueron virtuales, que el Skype no se sintió tan lejano, que de alguna manera estoy cerca de aquellos amigos para los que la muerte del Manuco ha sido como perder una parte de su vida.
Terminará esta madrugada y empezará otra semana, volverán las rutinas de todos, continuará la vida, la Emilia seguirá creciendo sana y preciosa. Y tendremos que aprender a vivir con la ausencia, pero nunca a olvidar.
2 comentarios:
Un abrazo Maria, animo! Te extraniamos en FB! Ryuji
Hola Roche!! Qué bueno leerte. Gracias! Oye, cómo estás?? Celia? Los niños? Te he pensado mucho, desde el terremoto... Y solo supe por los panas de FB que estabas bien, pero no te escribí, lo siento... Encontré hoy una dirección tuya del año de la pera en yahoo. Aún te puedo escribir a esa para contarte de mi vida? A FB ni loca vuelvo. Qué pérdida de tiempo, jaja:)
Abrazos!!
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