Tengo que salir ahora. Intentemos un post rápido y no muy cuidado porque ayer tuve un momento lindo y a ver si así no se difumina.
Antecedentes:
Annie Lennox es una de mis mujeres preferidas. Es hermosa. Me encantan sus ojos, su boca y su voz. Qué buenos recuerdos viendo el Totally Diva con el Mauricio en su casa y comiendo comida china. A los dos nos alucina Annie Lennox, más que nada por esa capacidad que tiene de ponerse en escena, de ser tan camaleón y porque canta increíble, eso. Bueno, el hecho es el siguiente. Aquí no tengo equipo de música ni nada más que mi compu con iTunes. El otro día procrastinaba viendo videos en YouTube y terminé en un loop infinito de Love is a Stranger (puedo imaginarme claramente a la Laura y yo hace unos 20 años, listas para salir de fiesta, adolescentes farristas con un empuje absoluto, mejores amigas como hasta ahora y en su casa el mega sound system del Alfredo reproduciendo Eurythmics).
Bueno, ayer colgué el video de más abajo en mi blog, pero al rato lo quité porque me pareció que quedaba un poco salido de la nada (ahora lo volví a publicar porque ganó sentido). La canción no era para todo el mundo, era para mí, en fin. Pero luego de una tarde linda fui al cuarto y me acosté un momento en la cama, boca abajo (para digerir, pensar, sentir, soñar, procesar, qué se yo...), y empecé a oírle a Annie Lennox; "There must be an angel, playing with my heart". Era como si me cantara a mí. Sonaba lejana y sonaba en mi cabeza. Es que yo ya no estoy acostumbrada a los encantadores edificios viejos y las ciudades grandes donde los sonidos se cuelan, junto con las conversaciones de los vecinos, las músicas que oyen y los programas que ven en la tele. Entonces le respondí: "I walk into an empty room, And suddenly my heart goes "boom"!" Y luego una tercera voz: "It's an orchestra of angels / And they're playing with my heart." Me levanté para ver de dónde venía el sonido, busqué en los rincones de la casa, abrí la ventana y saqué la cabeza, me di la vuelta ¡qué contorsión! y sí, era el departamento de arriba. Y me quedé mirando hacia el cielo y unas pocas estrellas y la luna ("you see, half the moon, is crescent"). Resulta que la chica de arriba estaba en su momento de gloria con Annie Lennox y cantó There must be an Angel y luego No more I love You's y luego toda una playlist y yo decidí cantar con ella desde la ventana. Nunca le vi la cara pero me la imaginé como una linda chica brasileña de pelo negro ligeramente ondulado y o en pleno amor o en pleno desamor, pero en pleno algo que con ese sentimiento no se canta todos los días. Bueno, ya sé que a mi vecina le gusta Annie Lennox y tal vez algún día debería subir a su piso con una botella de vino y el DVD de Diva. Una nueva amiga imaginaria para que la Noelia pueda volver a reírse de mi. Me acordé de mi vecina que tocaba el cello en Jerusalén y que por semanas me mantuvo hipnotizada imaginando su historia y tratando de descubrir qué melodía tan bella era esa (solo después supe que era la Tercera Sinfonía de Brahms) o en el Martín a quien decidí dedicarle Strange Overtones cuando vino a quejarse de mi fea voz.
No-one on earth could feel like this.
I'm thrown and overblown with bliss.
There must be an angel
Playing with my heart.
And when I think that I'm alone
It seems there's more of us at home.
It's a multitude of angels
And they're playing with my heart.
I'm thrown and overblown with bliss.
There must be an angel
Playing with my heart.
And when I think that I'm alone
It seems there's more of us at home.
It's a multitude of angels
And they're playing with my heart.
2 comentarios:
Leyéndote hoy hasta me pareció escuchar desde Ámsterdam tu canturreo y el de tu vecina. Siempre he tenido curiosidad por saber si mis vecinos advierten mi presencia o soy invisible para ellos. Desde que me operé del oído izquierdo (el derecho está en lista de espera), les oigo caminar, bajar las escaleras y cerrar la puerta de la calle con tal ímpetu que a veces se me sale el corazón por la boca del susto. Pero ahora soy más consciente que nunca de que la vecina ruidosa debo ser yo. Prefiero no pensar en todo lo que habrán escuchado (el otro día descubrí que mi dormitorio está pared con pared con el de la vecina), pero bueno quizás les haya hecho reír y eso me hace reír a mi también. De todos modos, me pregunto si algún día algún vecino tocará a mi puerta para quejarse y pedir que deje ya de escuchar la melancólica voz de Buika, de cantar en la ducha el bolero Procuro Olvidarte o dar zapateados al son de la guitarra de Paco de Lucía. Sin embargo, ahora leyendo tu historia me hiciste pensar que quizás tengo en mi edificio una amiga imaginaria entusiasmada con la exótica vecina española y algún día se presenté en casa con el DVD de la película de Pedro Almodóvar: Qué he hecho yo para merecer esto? :) Un beso amiga tangible, Noelia
Me encanta este post y que te haya salido así tan espontáneo. Parece que te este oyendo contarlo con tu vehemencia, con tu pasión por las cosas.
Brasil esta vivo ( disculpa las faltas ortográficas pero el iPad solo corrige lo que le da la gana y no se poner tildes en su teclado). Annie lennox siempre me ha trasmitido todo y he gritado ( no cantado sino gritado) sus canciones. Me ha recordado una anécdota en mi casa, una tarde con el tema The final countdown de Europe. Lo tenia puesto en casa y cuando mire por la mirilla un grupo de vecinillos estaba cantandola y haciendo que tocaban la guitarra eléctrica al otro lado de la puerta. Me hizo tanta gracia que se la puse una y otra vez.
En otro post que has escrito recientemente, me chifla la expresión empijamada que utilizas!
Siempre me gustara tenerte mas cerca princesa!
Publicar un comentario