sábado, noviembre 19, 2011

Nueva platilla / New template

El otro día decidí que estaba cansada de mi blog y de como se veía. 
Empecé a bloggear en el 2005, una tarde de domingo en Jerusalén. Poco antes, aquel verano, pasé un poco más de mes en Rusia. Yo pensaba que, como íbamos a Siberia, me iba a morir del frío. Pero apenas llegamos ya sentí un calorcito seco y a los pocos días estaba bastante morena ya. Mi suegra siempre comenta del peso de mis maletas. Ella cree que llegar tan cargada para con tal de pasar unas pocas semanas en casa es una exageración. Quizás tenga razón. También comentó de lo gordo que estaba mi libro y opinó que no lo debía llevar a Shushenskoe, un pueblito al sur de Siberia, en media taiga, a donde fuimos a acampar con motivo del festival del folclor. Tenía yo 28 años y era la primera vez que acampaba en mi vida. Yo no le hice caso, lógicamente, y cogí mi libro y me interné con él en la tienda de campaña, con el zumbido constante de una horda de mosquitos invisibles que acabaron devorando mi cuerpo.

Ese libro al que no solté desde que leí su primera página era Una historia de amor y oscuridad, la autobiografía novelada de Amos Oz. Eso fue hace seis años y desde ahí Oz se convirtió en mi escritor favorito y no sólo eso; también en una de las pocas personas que ha comprendido las más oscuras capas de mi personalidad y de mi existencia, y sin conocerme. Yo me encuentro en Fima, con dolor me reconozco en Jana Gonen, pienso en Fania siempre que me arrimo a una ventana y como ella me pierdo en la melancolía que me provoca la luz tamizada que entra por un vidrio medio sucio, entre un par de cortinas abiertas hasta la mitad. Me veo en Dita y aún más en su suegro. Y cuando miro a Amoz Oz en la tele, en la portada de un libro, en un documental o cuando lo conocí personalmente, siento que le tengo un cariño enorme. Gracias a él empecé este blog, pero no es que le quiera por eso.
Es eso, lo que pongo en la descripción de esta bitácora. Una historia de amor y oscuridad no sólo que me devolvió el deseo de devorar más libros, despertó mi deseo de escribir. Y claro, Los ensayos de Archibaldo, porque Ensayo de un crimen es mi película preferida, porque Archibaldo de la Cruz es mi superhéroe y porque todavía no estoy lista, estoy ensayando nomás.
He sido una bloggera inconstante. Mi primer post, y creo que uno de dos, fue un post puramente político. 'Un divorcio doloroso' se llamaba y hablaba de Israel y Palestina en los días de la retirada unilateral de los asentamientos en Cisjordania. 
Al principio posteaba como una vez por semana, luego al menos una vez al mes. Después, como siempre, fui decayendo. "Tú eres de un solo hervor", me dijo alguna vez mi mamá. Cierto es que me entusiasmo rápidamente, pero pocas veces persevero en alguna actividad. Entre noviembre de 2007 y mayo de 2008 no escribí ni una vez. Y estoy segura que el post de mayo de 2008 es algún recalentado de algo que escribí para los EDOC. Un segundo: voy a ver. 
¡Oh no! Peor. Es un artículo en ruso copiado de Internet sobre la nueva izquierda en América Latina. Pues sí, inconstante, hasta junio de este año en que postear se convirtió en otra forma de comunicación y ahora que ya cogí la viada sólo espero no parar. 
Lo que yo quería de este blog era tener un espacio para escribir, de lo que fuera, para practicar el ejercicio de la escritura y mejorar. He hablado de cine, de documentales especialmente, de política apenas, pero finalmente de lo que más he hablado es de mí. Así que tengo que admitir que el ejercicio de escribir bien y escribir algo que interese no sólo a mi gente cercana, funcionó a medias. No puedo escapar de lo que me mueve, a mí me gustan los documentales autorreferenciales, las novelas autobiográficas o narradas en primera persona, los autorretratos, la gente que habla de sí misma pero sin pretensiones y que incluso en sus más duras y puras ficciones me regala un poco de sí. Uno es lo que es.
Lo que sí tenía claro es que no quería que mi blog fuera un basurero o un scrapbook de recortes ajenos. Esa claridad se fue dispersando cuando empecé a robarme de YouTube clips de canciones de Neubauten, cuando me di cuenta que Nick Cave traducía mis momentos y mis mutaciones mucho mejor que yo y desde entonces he hecho referencias a Jesus of the Moon un montón de veces, cuando una cita de un libro era más precisa y más bella que cualquier cosa que yo podía decir, cuando el trailer de una película hablaba de mi estado de ánimo, cuando unas fresas desenfocadas insinuaban un sentimiento bonito de una manera más velada y sutil. Y así mi blog dejó de ser mi cuaderno de escritos. Se convirtió en una bitácora como las que tenía de joven y en las que pegaba entradas a conciertos, servilletas de restaurantes a los que fui con alguien especial, fotos de amigos, recortes de revistas, citas de Demian, de Hermann Hesse, que era mi Una historia de amor y oscuridad a los 17, cuando había vivido la mitad de mi vida.
Tomé esta foto cuando terminé el post de Fima
Pero el verdadero placer, eso seguro, ha estado en escribir. Mi post favorito, 'Fima me salva del terror', fue el que más rápido me salió. Lo escribí de un tirón en un apartamento horrible y con luz de neón, en la ciudad más hermosa, eso sí, Jerusalén. Fue luego de un día en el que pude morir. Pero todos los días nos podemos morir ¿o no? Mis despedidas de Ecuador camino a Durham, o viceversa, son bastante confusas pero al menos puedo decir que las escribí bajo total sinceridad. Otro post que me gusta es el de Jordania, porque ahí están mis rubias, mis guabas y los tesoros de mi niñez.
Últimamente he encontrado también algo que decir a través de las fotos. He empezado a colgar imágenes con las que conecto de alguna manera, no tanto con un interés artístico aunque sí intento encuadrar con un poco de criterio, pero en todo caso hechas desde mi amateurismo al fotografiar. 
Ayer que cambié de diseño aproveché también para unificar las tipografías y los tamaños de las letras, borrar un par de posts que no tenían nada que hacer en mi blog (pensé en borrar unos pocos más pero luego pensé que hay que ser fiel con el pasado también y al final los dejé). Mientras me paseaba por el blog, y me quedé despierta hasta muy tarde haciéndolo, un poco que volví a sentir lo que iba sintiendo cuando colgaba una u otra cosa, un paseo por cinco años. Fue bonito aunque la recapitulación despertó nostalgias, pero al final hubo más sonrisas que dolores y creo que, aunque a veces mi tendencia me aleja del aquí y el ahora, propender a recordar sólo las cosas buenas de cada etapa finalmente es más saludable.
Antes mandaba un mail a mis amigos para decirles que tenía un nuevo post. Algunos me dejaban comentarios, otros me mandaban un mail incentivándome a seguir. Dejé de hacerlo cuando dejé de postear seguido y cuando lo retomé ya no les escribí más. Últimamente los que han caído de relancina me dicen "no sabía que has vuelto a postear". Pues sí, pero ya no se lo digo a nadie y bienvenido quien venga. Estas palabras estarán aquí mientras tenga ganas yo y estarán para ustedes mientras ustedes tengan ganas de venir. 
Sólo que esta vez sí les voy a mandar el mail: "Tengo un nuevo post". Y así voy a aprovechar para mandarles un abrazo también. Y voy a estar contenta de oírles, aunque me digan que está fatal la nueva plantilla, o como Noelia muy diplomática: "está bonito, pero ese griiiiiiis..."
Nuevo template porque este blog no va a poder ser muy serio (aunque lo recomienden en la página del CNC y la verdad es que deberían quitar el link, como ya lo hicieron en la lista de blogs de El Comercio). Así que llegó el momento de hacerle un makeover, como cuando uno se hace un corte medio radical en el pelo luego de una ruptura, no tanto porque el pelo ya esté largo, sino porque hace bien un cambio tangible cuando toca volver a empezar.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

A mi me acompanas mucho en esta isla...y siempre me paso. G.

María Campaña Ramia dijo...

G!!! Estaba por decirlo en este post. Tú eres una de las cosas buenas que han pasado gracias a este blog. Una amiga secreta perdida en Cumbria! Sabes que estoy leyendo ahora? Orígenes!! Gracias a ti por la recomendación. Está increíble. Es un poquito mi historia también, solo que por suerte mi bisabuelo terminó en Ecuador y no en Cuba! Abrazos!!

Noelia dijo...

No me hiciste caso con lo del gris, pero me encanta tu nueva vena de fotógrafa que da mucho color al blog, aunque tus palabras no necesitan de aditivos, me gusta mucho la combinación. Un beso enorme hermosa. Y perdona mi ignorancia, pero cómo me suscribo para recibir un email cada vez que hay un post nuevo? No acierto a encontrar la manera... :)