Así empiezo yo un proyecto de patchwork. Infatuándome con unas telas... y luego calculando la cantidad de material, lo cual esta vez resultó más difícil que de costumbre. Luego se cortan los pedazos con una cuchilla rotatoria, sin olvidar añadir un cuarto de pulgada para la costura, sobre una tabla verde, por lo general de marca Olfa. Y luego esos pedacitos se juntan hasta armar una pieza más grande que se unirá a las demás hasta convertirse en algo. Ese algo, en esta ocasión, será una manta especial para el día de los muertos y para cubrirnos siempre que haga frío.
No puedo esperar para que mis herramientas lleguen a Río y sentarme frente a la máquina de coser. Trrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr. Cuanto me gusta ese sonido que me hace perder la noción del tiempo.
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