Desde niño, Archibaldo de la Cruz ensaya sus crímenes. Ya adulto, se confiesa culpable de la muerte de varias mujeres, pero su imaginación no tiene el poder de convertirlo en asesino
miércoles, septiembre 19, 2007
Saudade do futuro (Ramble On)
Y sí. Todo lo bueno se acaba. Casi siete meses han pasado y hoy me invade una tristeza profunda. Es que no me quiero ir.
Han pasado muchas cosas desde que llegué en marzo. Parece ayer cuando paseaba con la Valen en Nueva York, mi escala entre Durham y Quito. En su casita que olía a incienso, cobijadas para no sentir el frío que se metía por las ventanas, especulábamos sobre lo que se venía, optimistas, cuestionadas.
Vine a Quito porque tenía que venir. Los EDOC eran el pretexto, pero tanto más tenía que pasar, y pasó. Y bien o mal, aprendí muchas cosas. Me voy cambiada, fortalecida,"más grande" como dice mi doctor, pero sigo con miedo. Nunca he aprendido tanto de mí como en este tiempo. Han sido meses intensos, como quiero que sea mi vida. Eso sí me salió muy bien.
Dejo inconclusas muchas de las metas con las que vine. Me voy un poco frustrada. Hay gente querida con la que hubiera querido compartir más de mi tiempo y apenas la vi. No filmé tanto como habría querido. No llevé a Misha a conocer Papallacta. No cociné una cena para mi familia. No hice ejercicio. Volví a caer en la trampa de ponerme metas que se esfumaron con el pretexto de que había tiempo.
Pero hubo momentos preciosos como los que viví con mi hermanita Valentina. Revisaba el otro día unas tomas de un día importante y ella estaba ahí. Daniel (otro amigo incondicional en esta temporada) la había capturado en un primer plano que ni ella ni yo advertimos. Me di cuenta de cuanto me quería y antes de notarlo ya las lágrimas me corrían por la cara.
Días bonitos, sí que han habido muchos. El festival es siempre un momento que me ilusiona. Prepararlo, sentirlo, amanecerse juntos en la oficina con una biela y si hay plata una pizza medio fría. Ver el catálogo impreso, las salas llenas y la gente emocionada...
Tardes y tardes de acupuntura, entre agujas, risas, confesiones, no sé si algunas lágrimas y el humo de la moxa. Anticipadamente, ya puedo extrañar las charlas profundas y otras veces sencillas con mi "doc". Qué más da si hablamos de aquellos temas íntimos que me atormentan, del cultivo de fresas, de las películas que hemos visto, que si Nux, Lycopodium o Ignatia, o del famoso Chi-Kung. Él siempre capaz de entusiasmarme, de hacerme entender que la vida no es una carrera, de enseñarme a respetar mis ritmos, disfrutar de mi vida, sentir, soltar y sonreír. Y al salir, caminar por la San Gregorio, tomar un taxi o subirme en el auto prestado por mi mami, me he sentido reconfortada, lista para enfrentarme a lo que se ponga, optimista, contenta, radiante, aunque llegase a casa y otra vez esa fuerza terminara por disolverse.
Ya quedaron atrás los ladridos constantes en La Floresta. Es que el perro dormía en el techo de mi cuarto y por meses no pude tener una noche completa de sueño. Pero descubrí la vida de barrio y más aún el placer de la vida en solitario, estirar las patas en la cama, poner en la refrigeradora estrictamente lo que me gusta, vivir a mis anchas por primera vez en mi vida.
Momentos cotidianos en familia. Besarle la carita al Juan Martín, ver tele en la cama de mis papis, tejer mi saco con la Rosita, dejarme mimar por mis abuelitos, recibir a Misha en el aeropuerto, la vida en español.
Y luego tres semanas en Brasil -mi lugar preferido con mis personas preferidas-, Sao Paulo en todo su esplendor llenándome de vida y de recuerdo un mesero encantador sirviéndonos la mejor sopa de la vida...
Y a lo poco, un colapso. Por casi 10 días estuve entrando y saliendo de la clínica, débil, con nauseas constantes, sueros, medicinas y anestesias (bajo el efecto de la epidural recuerdo haber tomado importantes resoluciones para mi vida). Pero por más difícil que haya sido, creo que fue un buen momento. Si ya le amaba profundamente a mi prikrasni, me enamoré mil veces más al sentirlo incondicional, dulce y amoroso. Misha es la luz de mi vida y aunque tengamos una relación fragmentada por la distancia -que a mucha gente le parece extraña- tiene una fuerza enorme que no puedo comparar con nada de lo que conozco.
Es cierto que preferiría quedarme aquí, pero eso no quiere decir que no me quiera ir. Vivo una doble vida y finalmente entendí que dependo de esa dualidad para que ella funcione. Allá están las tardes estrelladas, el frío de mi isla, la soledad y la calma, el tiempo para sentarme a disfrutar de un libro, las calles sin tráfico, los días eternos, la película diaria con una tasa de Earl Grey o un vasito de Laphroaig en la mano, el parcial desempleo, la cotidianidad conyugal, la casa que siento como mía y no como un sitio improvisado, Misha y yo como si fuéramos uno solo, dueños de nuestras vidas y de nuestro espacio.
Allá está la poesía que nace de la nostalgia. Aquí mi vida corre en prosa, más segura, más fluida. La una es el combustible de la otra. Es raro, pero es así.
Leaves are falling all around, It's time I was on my way.
Thanks to you, I'm much obliged for such a pleasant stay.
But now it's time for me to go. The autumn moon lights my way.
For now I smell the rain, and with it pain, and it's headed my way.
Sometimes I grow so tired, but I know I've got one thing I got to do...
Ramble On, And now's the time, the time is now, to sing my song.
I'm goin' 'round the world, I got to find my girl, on my way.
I've been this way ten years to the day, Ramble On,
Gotta find the queen of all my dreams.
Got no time to for spreadin' roots, The time has come to be gone.
And to' our health we drank a thousand times, it's time to Ramble On...
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7 comentarios:
Al leer tu post recorde el mito de Persefone: seis meses en la luz, seis meses en la obscuridad.
Cuando vuelve a la superficie, la vida resurge con ella y empieza la Primavera. Pero el quid es que los seis meses de obscuridad (el invierno) dejan a la Tierra descansar, y hacen posible que el ritmo de la vida no se altere.
http://floryreflujo.blogspot.com/
Me encanta tu forma de saborear la vida María, eso es lo que tu Yo busca, degustar todos los sabores y encantos que a veces son amargos y con sutileza y sabiduría los conviertes en dulces. Admiro tu valentía y fortaleza para pararte y seguir adelante, no hemos tenido oportunidad de conversar pero cuando leo tus blogs tienes una habilidad increible para comunicar tus sentimientos y vivencias. Que la Vida te bendiga María, que disfrutes de la paz y la cotidianidad y vengas revitalizada y con toda la energia de tu espiritu a punto para alcanzar tus logros.
Con cariño,
Ximena G.
Estas de vuelta!!! estas?
G. Andrade
sí, volví! deberíamos reunirnos uno de estos días. no estamos tan lejos, no?
Bienvenida!!! y si estamos cerquita, como todo en esta isla.
G.
Maria, no sabia que habias vuelto a postear...que bacan entrada.
Ahora que Adriana y yo estamos lejos, entiendo mucho mejor las cosas que dices.
Un abrazo, lindo post
Daniel
Maria te conozco desde hace mil años y nunca dejas de sorprenderme.
Aldo
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