lunes, junio 09, 2008

STRANDED: La historia íntima de la catástrofe de los Andes

Sobre la película favorita del público en los Encuentros del Otro Cine:



La historia, de una u otra manera, la hemos oído todos. El 12 de octubre de 1972, un avión de la Fuerza Aérea Uruguaya que se dirigía a Santiago cayó en los Andes chilenos. En él, entre otros pasajeros, viajaban los chicos del Old Christians, un equipo de rugby amateur de un barrio montevideano de clase alta.
Durante 10 días las tareas de búsqueda que emprendieron Argentina, Chile y Uruguay resultaron inútiles. Nadie albergaba esperanzas de que alguno de los 45 pasajeros hubiera sobrevivido al accidente.

No obstante, en las montañas había vida y fueron necesarias 10 semanas para que los sobrevivientes puedan salir de allí —con la piel pegada a los huesos—y estremecer al mundo al confesar que, para seguir viviendo, se alimentaron de los cuerpos de sus propios amigos.

Dice Arijón sobre su película que “asumir este reto fue posible gracias al tiempo transcurrido desde el accidente (35 años) y a nuestra amistad, que habilitó un pacto de absoluta confianza entre todos.”
Es que, en efecto, Stranded (Vengo de un avión que cayó en las montañas) es producto del saber esperar. Por primera vez, todos los supervivientes, 16, hablaron de frente a la cámara. Roberto Canessa, Carlitos Paéz, Fernando Parrado … ¡Qué testimonios…! Mucho más que el recuento de la historia son una reflexión profunda y conmovedora sobre los días que pasaban, las provisiones que se acababan, la inventiva que surgía, los amigos que se iban muriendo, las decisiones que debían tomar, las tripas pegadas del hambre hasta que llegó el momento de clímax: aquello que fue explotado por los medios como canibalismo y que esta película destaca como un acto íntimo a la vez que colectivo, una comunión. ¿Y qué es la comunión para los cristianos sino recibir la carne y la sangre de Jesús en aceptación de la vida?
He de reconocer que cuando supe que el filme tenía reconstrucciones, tuve mis dudas. Pero la fotografía de César Charlone (Ciudad de Dios, El Jardinero Fiel), las actuaciones de los propios hijos de los sobrevivientes, el diseño sonoro y la dirección de arte —todos sugiriendo sensaciones más que buscando realismo— borraron cualquier titubeo. Son los silencios que el espectador necesita para ir asimilando, no solo la cronología, sino más bien la huella que este evento dejó en 16 hombres, en sus familias, en la vida del arriero chileno que, una mañana de diciembre, visualizó a lo lejos a dos jovencitos en inanición que más bien parecían fantasmas.
Stranded es, para mí, un triunfo. Y aunque poco me gusta eso de resumir a un filme con un epíteto, este le cabe. Un triunfo porque es humano, respetuoso, porque dignifica a sus personajes y a las decisiones que tomaron y porque siendo un filme que evoluciona en clave de suspenso —en el que son evidentes los recursos y la magnitud de la producción— no deja de sentirse nunca como un relato sumamente íntimo. Y un triunfo, claro esta, porque a pesar de todo ganó la vida.

Más información:

www.strandedthefilm.com

www.viven.com.uy

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