domingo, mayo 22, 2016

Un recorrido por la programación de los EDOC

Celebramos los 15 años de EDOC con 106 películas provenientes de 38 países, aunque filmadas en más de cuarenta, habladas en 28 idiomas y situadas tanto en lugares cercanos como en territorios inhóspitos y remotos de los que apenas hemos oído hablar. 

El tema central del festival —y el gran tema que nos concierne como humanidad ahora— es la crisis migratoria, la situación de miles de refugiados que escapan de los conflictos armados, los solicitantes de asilo, los emigrantes económicos y otros migrantes en condición de vulnerabilidad. 


Filmes como Fuocoammare (Gianfranco Rosi), A Syrian Love Story (Sean McAllister), Between Fences (Avi Mograbi) y Hotline (Silvina Landsmann), no solo son testimonios fundamentales y urgentes sobre el estado del mundo, sino también filmes redondos que contribuyen al entendimiento del cine documental como una poderosa expresión artística. 
La programación habla también de nuestra relación absurda con la tierra en que vivimos, a través de una serie de documentales que confrontan nociones irracionales de desarrollo, industrialización, extractivismo y colonialismo. El botón de nácar (Patricio Guzmán), White Coal (Georg Tiller), Surire (Bettina Perut e Iván Osnovikoff) y A punto de despegar (Lorena Best y Robinson Díaz) son un ejemplo de las obras imprescindibles de este apartado.

La sección ‘Pares’ reúne algunos de los más celebrados filmes del año pasado a través de una sección que explora los vínculos de a dos y todo lo que deriva de ellos. Brothers (Wojciech Staron), Casa Blanca (Aleksandra Maciuszek), O Futebol (Sergio Oksman) y No Home Movie (Chantal Akerman), entre otras, son películas brillantes que develan el lado más íntimo de las relaciones humanas.
Sube la intensidad con ‘Fuera del canon’, sección en la que apostamos por filmes que desafían las certezas que tradicionalmente acompañan a la producción y recepción del cine documental, entre ellos Le Saphir de Saint Louis, The Other Side y When you Awake, trabajos de realizadores admirados en EDOC como José Luis Guerín, Roberto Minervini y Jay Rosenblatt, así como La impresión de una guerra, brillante cortometraje del colombiano Camilo Restrepo quien debuta en los EDOC. 

Nuevamente el festival celebra el cine de América Latina. Este año el programa habla especialmente en español, aunque con decenas de acentos y variantes. Dedicamos nuestro foco a Argentina, país con una producción cinematográfica que nos sorprende año tras año. Cuerpo de letra (Julián D’Angiolillo), Los silencios y las manos (Hernán Khourian), Nueva vida (Kiro Russo) y Toponimia (Jonathan Perel) son solo algunas de las perlas que llegan desde el Sur.

El legado de Eduardo Coutinho (1933-2014), quien tal vez como ningún otro cineasta nos enseñó no solo a ver sino especialmente a escuchar al otro a través de su obra, da origen a la sección ‘Intercambios’, en la que reluce el gesto de un realizador que va al encuentro de un personaje con el genuino interés de hacer un trueque. Esto se evidencia en su filme póstumo Últimas conversas, así como en Je suis le peuple (Anna Roussillon), Mallory (Helena Trestíková), Santiago (João Moreira Salles) y Plaza de la Soledad (Maya Goded), joyas que traducen el sentido profundo de lo que significa hacer cine documental.

Como ya es costumbre, EDOC es el punto de encuentro de la producción documental ecuatoriana. Este año es un honor presentar en estreno cuatro largometrajes bellos, sencillos y poderosos desde sus distintos lenguajes, temáticas y puntos de vista: Dreamtown, de Betty Bastidas, un seguimiento de largo aliento a un niño que aspira ser jugador de fútbol; Territorio, de Alexandra Cuesta, un diario de viaje meditativo y silencioso por las entrañas del Ecuador; Mi tía Toty, de León Felipe Troya, un acercamiento emocionante a una mujer emblemática, y Pays Castor, de Samanta Yépez, un canto al idealismo de un grupo de obreros franceses que construyeron juntos sus hogares en la penuria de la posguerra.

Si durante los primeros años de EDOC había apenas un puñado de filmes ecuatorianos para programar —la sección ‘Cómo nos ven, cómo nos vemos’ solía nutrirse especialmente de filmes realizados por extranjeros en el Ecuador—, en esta ocasión la situación se revierte. Inauguramos la sección ‘Cómo los vemos’ con siete filmes de cineastas ecuatorianos que nos cuentan historias desde EE.UU., Argentina, Francia, Hungría y Brasil.

La muy esperada retrospectiva de EDOC está dedicada a Luis Ospina (Cali, 1949). El público que descubrió la fascinante Un tigre de papel en 2008 podrá disfrutar de nueve películas del aclamado director colombiano, realizadas en un plazo de 44 años desde Oiga y vea (1972) hasta su última película, la magistral Todo comenzó por el fin (2015).

Nos complace presentar la Red Documental Norte-Sur (NSDN) junto con los festivales AmDocs, EE.UU; DocsDF, México, y DokuFest, Kosovo, una alianza estratégica cuya finalidad es ampliar la visibilidad de los filmes producidos en los territorios representados por cada festival. De este primer intercambio llegan filmes sumamente recomendables como Karst (Vladimir Todorovic), Los reyes del pueblo que no existe (Betzabé García) y God Knows Where I Am (Todd Wider y Jed Wider).

Finalmente, nuestro ‘Panorama Internacional’ recoge una sólida y amplia propuesta en la que no faltan música, historia, etnografía, vanguardias, documental en primera persona, historias de familia, cine directo, ensayo y experimentación. A Family Affair (Tom Fassaert), Cameraperson (Kirsten Johnson), Ce qu'il reste de la folie (Joris Lachaise), El hombre que vio demasiado (Trisha Ziff), Érase una vez en Hungría (Oliver Victoria) y Paciente (Jorge Caballero) son solo algunas de las fabulosas películas que integran esta sección.
Este festival está dedicado a las víctimas del terremoto del 16 de abril y a todos los ecuatorianos y extranjeros que han dado lo mejor de sí en una manifestación de solidaridad sin precedentes. Presentaremos en función especial el filme Ayuda fatal (Raoul Peck, 2013), una seria investigación sobre el nefasto papel que tuvo la comunidad internacional en la reconstrucción de Haití tras el terremoto de 2010. Esperamos que este documental promueva el diálogo y la reflexión y que juntos sepamos levantarnos después de la tragedia.  

*Publicado en EL OTRO CINE

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